Desarrollan taller en contexto de programa de transferencia de prácticas alternativas al uso del fuego en el sector silvoagropecuario
En la instancia también se conformó el 1er grupo GET de rastrojos
Aplicando una metodología participativa, agricultores, agricultoras y técnicos del sector silvoagropecuario de la comuna Victoria, fueron parte del taller desarrollado en el contexto del “Programa de transferencia de prácticas alternativas al uso del fuego en el sector silvoagropecuario”, ejecutado desde la Región del Maule hasta la Región de Los Lagos.
La iniciativa se enmarca dentro de la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales, (ENCCRV) liderada por CONAF y su proyecto +Bosques con el apoyo técnico de FAO. En la instancia, además se conformó el 1er grupo de extensión tecnológica (GET) de INIA en manejo de rastrojos, con el cual se trabajará en los próximos meses realizando actividades de extensión y transferencia tecnológica.
Dicha estrategia, que aborda en su conjunto los problemas causados por los efectos del cambio climático busca implementar prácticas alternativas al uso del fuego en el sector silvoagropecuario, con el fin de avanzar en opciones viables para reducir la práctica tradicional de quema de residuos agrícolas en este sector. Lo anterior, ya que contribuyen a la contaminación atmosférica, aportando cerca de un 2% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) del sector agrícola, generando cerca de un 10 % de los incendios que afectan anualmente al país.
Para Gabriela Soto, Jefa del Departamento de Cambio Climático y Servicios Ecosistémicos de CONAF, esta jornada “es una excelente oportunidad para trabajar junto a los agricultores y agricultoras de la región en la transferencia de conocimiento para que de esta manera puedan implementar prácticas más sustentables a la hora de manejar rastrojos agrícolas, ya sea como materia orgánica para mejorar la productividad del suelo”, señala la ejecutiva.
Durante el taller, los asistentes colaboraron en la identificación y priorización de los temas de capacitación esenciales para mejorar la gestión de los rastrojos en sus cultivos y prevenir su quema. El enfoque se centra en el acondicionamiento adecuado de estos y su integración efectiva en el suelo. “En este contexto, se busca resaltar los beneficios inherentes de los rastrojos, tanto en términos de utilidad para alimentación animal, como en su contribución al suelo. Como fuente valiosa de materia orgánica, el rastrojo mejora la estructura del suelo, suministrando nutrientes esenciales y fortaleciendo la capacidad de retención de agua, entre otros aspectos”, explicó Manuel Vial, profesional de INIA Carillanca a cargo del taller.
Pablo Honeymann, Coordinador Nacional del Proyecto +Bosques, señala, “estamos llegando con este programa a las comunas que hemos identificado con un alto grado de vulnerabilidad y necesidades que busca cubrir esta iniciativa, nos interesa hacer un trabajo focalizado para en el mediano plazo erradicar las quemas agrícolas con prácticas que den un uso alternativo a los rastrojos y no perder nutrientes como el nitrógeno, carbono, fósforo, azufre y potasio, para no seguir empobreciendo la capacidad productiva del suelo”.
Cabe indicar que la comuna de Victoria ha sido considerada prioritaria por el programa, dado que en ella se concentra la mayor superficie de quemas agrícolas autorizadas a nivel regional con aproximadamente 26 mil hectáreas anuales. La actividad fue posible gracias al apoyo de la Municipalidad de Victoria, a través de la unidad de Gestión de Riesgo de Desastre y a los equipos de extensión rural de la Unidad de Desarrollo Económico Local (UDEL)
La Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales (ENCCRV) de CONAF y su proyecto +Bosques, que cuenta con el apoyo de FAO, es uno de los instrumentos clave de política pública para la lucha contra el cambio climático en Chile, ya que incorpora el Enfoque REDD+ de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que tienen por fin evitar, mitigar y/o minimizar los potenciales impactos negativos sobre el medio ambiente y las personas, así como maximizar los beneficios para las comunidades locales involucradas en la implementación.